martes, 30 de diciembre de 2008

SENTIDO OBLIGATORIO

Tantos siglos de civilización, todos los hombres y mujeres a lo largo de la Historia, formulándose la misma pregunta, la gran pregunta: ¿CUÁL ES EL SENTIDO DE LA VIDA?

Y ha tenido que ser Manu, el mejor amigo de Titeuf, un niño de ocho años que ni siquiera es real, y por no ser, ni siquiera es el personaje protagonista del tebeo, quien por fin dé a la pregunta de marras una respuesta sensata (nunca mejor dicho).

La situación es la siguiente: Titeuf va hablando con su amigo Manu de camino al colegio como cada mañana. Ese día el papá de Titeuf está deprimido. "Dice mi padre que no sabe cuál es el sentido de la vida..." Y Manu le responde, con lógica implacable: "Pues es muy fácil, el sentido de la vida es HACIA DELANTE".

viernes, 26 de diciembre de 2008

2009


Como el año 2008 ha sido duro para muchos, he aquí lo que os deseo para el 2009. Pero antes, una cita sacada de Las Ciudades Invisibles, de Italo Calvino:

"El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es arriesgada y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber quién y qué, en medio del infierno no es infierno, y hacer que dure, y dejarle espacio"

Con mis mejores deseos para que todos encontréis quién y qué, en medio del infierno no es infierno, y le dejéis espacio y hagáis que dure todo el año que viene y muchos años más.

domingo, 21 de diciembre de 2008

SOLSTICIO


Siempre me he preguntado qué celebramos en realidad con la Navidad.

Bueno, en realidad no es ningún misterio: es un rito de paso, siempre necesarios para romper inercias, para que se nos metan bien en la cabeza los cambios de estado. En este caso se trata del cambio de estación, quizá el más bello del año: el solsticio de invierno, en que los días se alargan y aunque quizá nos aguarde lo más duro, el frío vendrá inundado con la esperanza de la luz . (En el hemisferio sur la cosa funciona al revés, pero daremos por sentado que la forma que toma esta celebración en aquellas latitudes es una influencia norteña más).

Entonces la pregunta es ¿realmente la cosa merece tanta exhuberancia? ¿Es proporcional el exceso de la celebración al hecho celebrado? ¿O es que necesitamos un derroche así al menos una vez al año, y hemos tomado este momento convencionalmente, como podíamos haber elegido otro?

Quizá tengo la visión deformada por un pasado todavía reciente, de agotamiento no limitado a las fiestas, sino a todo el periodo, cada día de los que van del 22 de diciembre (y aun antes) hasta el 6 de enero, ambos más que incluidos. Algún año, llegado el 7 de enero, no he podido menos que exclamar ¡¡si después de esto no nos ha quedado claro que hemos cambiado de estación es pa matarnos!!

Debo confesar que últimamente disfruto de un nivel de celebración más justo y feliz y he dejado de tenerle pánico a la navidad. Pero ha quedado la costumbre de alegrarme estos días, sobre todo, por la llegada del 7 de enero y por la impaciente ilusión de ver el primer almendro en flor.

También os deseo un sereno ritual del solsticio, y una ilusionada contemplación de las yemas de los almendros, que en muchos lugares ya van reventonas. Felices días que se alargan. Feliz antesala de la primavera.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

SOÑAR POR ENTREGAS

En mis sueños, si algo remite a referencias pasadas, lo habitual suele ser que se trate de sucesos ocurridos en la vida real, reconocibles aunque deformados.

Pero no siempre es así. Hoy me ha ocurrido. Repasaba esta mañana el sueño que acababa de tener, y éste se refería a hechos anteriores de mi vida, que reconocía claramente como sucedidos... ¡en el sueño de antesdeayer! Me he quedado impresionada: hoy mi cerebro compuso la continuación de un sueño de hace días... Nunca antes había soñado por entregas.

¿Tendrá el cerebro dos registros paralelos e independientes de recuerdos, el de los sucesos de la vida real, y el de los relatos de la actividad onírica?

domingo, 14 de diciembre de 2008

PARIS


A veces me asaltan ráfagas de nostalgia de cuando viví en París. Y eso que no debería, porque a ratos la vida fue tan dura que creí haberme prevenido contra la melancolía.

Casi todos los servicios a que tuve que enfrentarme, me la jugaron: France Telecom me cortó el teléfono. La inmobiliaria me habría dejado dormir bajo el Pont del Archevêché sin piedad, de no haber tenido yo el dinero para pagar mi estancia completa por adelantado. Conforama me sirvió una silla a la que le faltaban piezas, y no me las restituía porque no había pagado "el seguro", un suplemento de 15 euros. La universidad de Grenoble me envió un CD de datos, copiado cutremente e imposible de abrir. (Lo sospechaba desde el principio, pero era una gestión obligada porque el profesor Bréchon de Grenoble era amigo de mi director)... Por si acaso y sin que los profesores se enterasen, tiré de "plan B": pedí el mismo CD a la universidad de Colonia... y la Poste me perdió el paquete. Me fui a por otro en persona, a Colonia. Ya no me fiaba ni de mi sombra.

Cuando todo funciona así, una llega a la conclusión de que las empresas francesas, públicas o privadas, lo que mejor saben hacer es "el antinegocio". Llegados a este punto, aunque en alguna ocasión me encontré para el arrastre, jamás se me pasó por la cabeza ponerme en manos de un médico, estoy segura de que en lugar de curarme me habría rematado.

A pesar de ello, qué bello fue pasar las tardes estudiando en la biblioteca de la Sorbonne, aunque sólo fuese para olvidarme durante un rato de los ratones de mi apartamento. No está informatizada y buscar algo en ella es tarea sobrehumana, pero...

lunes, 8 de diciembre de 2008

RELEGARE

Aunque no está del todo claro, parece haber cierto consenso entre los historiadores de la religión en que el origen de la palabra "religión" hay que buscarlo en el verbo latino religare, reunir. Sin embargo, algunos autores (retomando la versión de Cicerón para la palabra religio) apuntan más bien a otro verbo latino: relegere, leer atentamente, algo así como intimar, interiorizar.

El profesor Francisco Díez de Velasco propone que deberían contemplarse ambas, en una especie de etimología convergente, una mezcla fundida por los siglos que viene a juntar en un solo término ambas vertientes de este concepto complejo: la de unir a la comunidad y a ésta con las divinidades, por un lado; y por otro, la de poner en contacto a la persona con su intimidad más profunda.

Estoy en el convencimiento de que el asunto psicosocial de la religión es todavía más complejo. Le encuentro al menos una vertiente más, y sugiero para ella una tercera posibilidad etimológica que -si aceptamos la hipótesis del profesor Díez de Velasco- también habría venido a fundirse con las anteriores. Sería ésta: relegare, desterrar. Parece que éste era el castigo reservado en Roma a los ciudadanos ilustres que estorbaban pero a quienes por su importancia no se consideraba oportuno ejecutar.

Algo parecido a esto hacemos con nuestras tragedias vitales cuando inventamos dioses: por un lado queremos olvidarlas, y entonces las disfrazamos míticamente y las desterramos a otra dimensión, a un olimpo que no es de este mundo; por otra parte, adoramos sin saberlo a eso que previamente hemos alejado, reconociendo inconscientemente su importancia central en nuestra vida. Relegamos, y a la vez no dejamos de tener presente; quisiéramos olvidar pero no podemos. Quizá por ese empeño en desterrar es también por lo que se ha perdido esta (hipotética) tercera fuente: relegare.

sábado, 6 de diciembre de 2008

CON LOS TIEMPOS


Todo mito tiene su ciclo de vida. Es apasionante recorrerlo: de dónde nacen, cómo se convierten en mitos, por qué se mantienen -algunos unas décadas; otros, milenios. Y al final suelen morir, generalmente relevados por otros.

PD. La imagen es cortesía de EL JUEVES y en particular de Manel Fontdevila, tan genial como siempre.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

MOLÉCULAS DE ARTE

¿Cuál sería la unidad artística? ¿La palabra, el trazo, la nota...? ¿No serían éstos especie de partes subatómicas que aún no configuran esencia alguna? Parece claro que la obra (y no digamos la colección) son unidades, sí, pero unidades amplias. ¿Cuál sería entonces la parte más elemental de arte? ¿serían el verso, la imagen, la frase? La parte más elemental del arte en general, de cualquier arte ¿sería la idea?