sábado, 17 de agosto de 2013

Correcaminos II

El problema es que tú quieres mucho a tu amigo correcaminos. (Ver entrada anterior).

Le querías muchísimo hasta que empezó a tratarte como algo "verdaderamente nuclear" de su vida o sea, hasta que empezó a sustituirte por simulacros, y a evitarte como viene haciendo con todo, aunque tú, imbécil, no lo has sabido hasta el mes pasado.

A partir de ahí comienza una cuesta abajo cada vez más decepcionante y frustrante...  Por mucho que uno se diga "bueno, déjalo estar" o "pobre, el verdadero problema no es tuyo sino suyo" ... Es mentira: TÚ SÍ tienes un problema. Uno bien gordo: resulta que tu mejor amigo desde hace años, por mucho que siga siendo encantador para los desconocidos, se ha convertido para ti en una relación tóxica. Por la razón que sea: por sus neuras, porque ahora tú lo conoces demasiado bien, porque te quiere demasiado, porque la confianza da asco, porque lo confunde todo, por lo que sea... TÚ tienes un problema.

He ahí la cuestión. Qué hacer con todo eso. Qué hacer con los desaires, las excusas, los noes, los esquinazos que tu querido amigo lleva inserto en su sistema límbico. Y qué hacer con tu propia frustración. Cómo se hace para no sucumbir al rencor.

Los tratados sobre relaciones tóxicas aconsejan poner distancia. No es fácil, pero afortunadamente TÚ SÍ sabes de lo que huyes y por qué: huyes por salud. No es fácil, pero hay que decirse cada mañana:

"VAMOS, YÉRGUETE Y MIRA AL FUTURO. AHORA EL CORRECAMINOS ERES TÚ"


domingo, 23 de junio de 2013

Correcaminos


Hay personas que nunca están donde debieran. Se pasan la vida sustituyendo unos lugares por otros, dando vueltas por un laberinto de espejos. ¿De qué huyen? Sospecho que de su propio yo, del núcleo de su vida. Se nota porque prefieren lo periférico a lo central. Son esas personas que prefieren a los amigos antes que a la familia, a los conocidos antes que a los amigos, y así sucesivamente.

También se nota en que, si por azar alcanzas el estatus de "amigo" suyo, parecerá que están a tu lado, pero a la hora de la verdad dan un misterioso paso atrás. Cuando los necesitas, de repente otra persona (a la que apenas conocen) los necesita muchííiisimo, o ha surgido algo importantíiiisimo (algo que tú, su gran amigo, desconocías), o de repente les viene muchíiiisimo trabajo. Evidentemente, en cuanto "el peligro" (tú, tu necesidad de apoyo) ha pasado, aquellas importantíiisimas personas o quehaceres que habían salido de la nada, vuelven tranquilamente a ella.

¡Enhorabuena! Cuando tu amigo correcaminos te trata así, es que por fin te considera algo valioso en su vida.

Sarcasmos aparte, sí, hay un momento de decepción. Pero bien mirado, este momento se pasa cuando comprendes que él nunca estuvo ahí; tú solo eras un simulacro, el espejo de otro asunto del cual venía huyendo, algo verdaderamente importante en su vida y que, desde luego, no eras tú.