miércoles, 22 de agosto de 2012

Dos Momentos Solares


Recta final de Agosto. Conviene aprovechar la piscina (y la casa, y las tardes, y la alegría, y la vida, antes de que nos lo quiten todo...)
Es por la tarde y aquí estoy, tirada, mojada, con mi piel recargando el sol como si cada una de mis células fuese fotovoltaica.
Bajo el tilo, absorbo una luz ladeada y el aire es azul.
Junto al agua, unos gorriones menudos se asoman a beber. El bañador me moja y la brisa -solo aquí- no quema. Qué gran decisión, la de venir esta tarde a la piscina.
1.
De espaldas al sol abro mi libro: una parte de mi tarde solar la paso leyendo compulsivamente a Félix de Azúa, quien a su vez lee compulsivamente a Josep Pla y a Miguel de Unamuno (esa extraña pareja)... ¡Nada menos! ¡Qué tres fenómenos me acompañan! Luego Azúa me habla, vergonzoso, del cachondeo luminoso que trajeron a las letras españolas nueve jovenzuelos allá por aquellos tiempos en que en España empezaba a amanecer. Finales de los sesenta. Nueve jóvenes, entre los que se encontraba el propio Azúa. Nunca se atrevió a publicar aquel artículo, el pudor le pudo. Pero todo lo que decía, aunque le sonase inmodesto, doy fe de que es completamente cierto: ¿quién sino Azúa podría sacar, de este leño de Unamuno, un manojo de sonrisas?
Terminada la Unamuniana el calor me vence. Me tiro al agua. Nado un poco. Todo sigue luminosa, clamorosamente azul.
2.
Vuelvo fuera, a mi reposo. Enjugo un poco el agua para no mojar mis casquitos y pongo algo de música. ¡Ay! ¡El poder de la música! Cantar en mi cabeza, quiero decir, 'solo' en mi cabeza, para no molestar... Miro a mi alrededor, no hay casi nadie. Yo en mi rincon aún soleado, los otros están a lo suyo... Por fin libero un poquito siguiendo el ritmo; discretísima, levísimamente muevo mi cabeza, la punta de mis dedos, el pie. Sonrío, noto que sonrío y pienso: no sé si alguien me mira, ni si se preguntarán qué estoy escuchando*. Pero estoy segura de que si alguien me mira, no está viendo a una mujer de mediana edad un poco gruesa y a la que ya se le van notando las hormonas... No, estoy segura de que si alguien me está mirando, estará viendo mi sonrisa, mi captación de fotones azules, mi disfrute por la brisa, mi no poder dejar de seguir el ritmo con el cuerpo, levemente... Seguro que si alguien me está mirando, está viendo a una persona FELIZ.
*Por cierto: sonaban Bob Marley, George Harrison... canciones sobre alegría, sobre el Sol que viene; canciones y artistas del tiempo en que mientras yo nacía, aquí irrumpían, irreverentes, aquellos jóvenes poetas.

miércoles, 8 de agosto de 2012

AMISTAD

Hace poco escuché a alguien comentar: "En general estoy bastante satisfecho con mis amigos". Pero en seguida rectificó: "... Para ser exactos debería decir que estoy bastante satisfecho de mi vida social". Esa puntualización me dejó pensativa: ¿Cuáles son las desventajas de la amistad? ¿Es la lealtad una molestia? ¿Quizá la clave esté en la máscara, pues frente a los amigos nos sentimos en cueros?